Sobre la obra de María Fernanda Enríquez
Por Paulo Romero
"Cry Baby Cry"
Técnica mixta (acrílico, plumones acrílicos, óleo, óleo pastel, resanador de pared y lápices
de colores sobre tela)
60 x 60 cm
2023
La autora configura este lienzo a partir de un acopio de diversas referencias de diversas
procedencias, muchas de ellas extraídas de internet, lugar donde conviven y enfrentan
imágenes tanto de la cultura de masas, el arte, la religión y el consumo. Caracterizada por
un trabajo minucioso y de escala reducida experimenta con diversos medios, técnicas y
materiales, concibiendo en esta ocasión una pintura a partir del despliegue de imágenes de
orígenes dispares suspendidas en una atmósfera vaporosa que recuerdan los stickers en
las portadas de los cuadernos y la estética colorida e iridiscente de los visuales en géneros
como el vaporwave y el seapunk, estéticas abrazadas por Tumblr entre la primera y
segunda década de los 2000.
Los diversos elementos que conforman la composición parecen flotar ingrávidos, reforzado
esto con los dispersos trazos que simulan los astros en el cielo a partir de medias lunas y
formas compuestas de 5 o cuatro rayos que parten de un centro común que veces se
resumen en simples asteriscos, acompañados de triángulos y gotas delineadas empleando
el tropo de repetición en la continua reiteración del motivo. En otras ocasiones estas formas
y fragmentos de imágenes de fuerte carga icónica parecen descender sobre una atmósfera
nubosa de registros, como las gotas deslizándose desde los conductos lagrimales, dejando
transitorias huellas, índices de su recorrido. Esta impresión es acentuada por la manera en
que la pintura fue derramada sobre la superficie, generando marcas verticales igualmente
intencionadas que accidentales, incluso permitiendo que la carga matérica de algunos
escurridos generase no ya la ilusión de volúmen, sino la presencia misma de la gota con su
característica morfología de cabeza puntiaguda y abultada base.
Se pretende describir el concerniente cuadro analizando por separado cada uno de los
principales fragmentos autónomos que se conciben así al contenerse en sí mismos
actuando en concomitancia ambos planos de expresión. La direccionalidad de la lectura
partirá de izquierda a derecha y de arriba abajo, simulando la aproximación a un texto, esto
solo por la conveniencia que implica el ordenar el contenido y así la atención del
espectador, aun cuando la lógica general corresponda más a una fuerza centrípeta que
dirige los diversos fragmentos hacia el centro, lugar que concentra la potencia del signo
icónico de un afligido rostro femenino que sobresale a su vez del resto de elementos a partir
de signos plásticos como la carga matérica específica del óleo, así como el uso de tonos
cálidos que acercan el motivo y contrastan con la paleta generalmente azulada de la
pintura. Los mencionadas unidades de contenido que serán descritas a continuación son
fragmentos de la realidad visible por lo que atraen la mirada y atención del espectadorhaciendo del semántico el principal plano de funcionamiento de la pieza y por ende el centro
de atención de este ensayo, esperando que las pistas y descripciones aquí vertidas sirvan
para una posterior relación de sentido discurrida finalmente por el lector. Ceñido al
semántico, el plano sintáctico se activa a partir de las relaciones que crean los signos entre
sí, particularmente la superficie difusa concierne a este plano, tejiendo los grafismos y las
marcas que establecen recorridos entre manchas, trazos y degradados disueltos sobre la
tela cruda.
Empezando con la esquina superior izquierda aparece recortado rectangularmente el rostro
de un personaje dibujado a partir del siluetaje, en esta elipsis plástica las líneas estilizadas
sintetizan sus principales elementos constituyentes, el cabello representado a partir de
abultados mechones que terminan en punta, ojos engrandecidos de los que brotan grandes
masas redondeadas y traslúcidas que asemejan lágrimas, así como la supresión o
cancelación de la nariz por un conjunto de líneas paralelas, todo ello relacionado a los
recursos formales y expresivos usados por convención en el manga japonés. Estas gotas
esféricas, irreales como aquellas lágrimas en forma de cristales debajo de los ojos
retratados por Man Ray en su fotografía Les Larmes (1932). Asimismo se complementa la
figura con dos estrellas simples que hacen eco de las demás que yacen fuera, dispersas en
toda la extensión del cuadro.
A la derecha de este se distingue la envoltura de una golosina, identificable icónicamente al
reconocer la frase milk candy, la autora recurre a la mímesis empleando la escala 1:1
evitando la interpretación del referente.
Más a la derecha se muestra lo que parece una etiqueta o estampa blanca que contiene
tipografía y dibujo, la leyenda sad day complementada con una cara triste, signo icónico de
preciso contenido expresivo que recurre a débiles recursos plásticos para su manifestación,
ya que apenas se construye a partir de un pequeño plano de pintura blanca que preserva el
entramado de la tela sobre el cual se dibuja y escribe con línea delgada y agrisada.
En la esquina superior izquierda se encuentran cinco recuadros dispuestos verticalmente en
los que se visualiza dirigiendo la mirada de arriba a abajo, el acercamiento progresivo a una
cadena, que a partir del cuarto cuadro muestra la ruptura de esta debido al enfrentamiento
de dos fuerzas contrarias. En este conjunto se advierte la operación simultánea de varias
figuras retóricas, empezando por la repetición del objeto encasillado, la sinestesia auditiva
implícita en el clímax, la sinécdoque con la que se obtiene la visualización fragmentada del
objeto completo, el empleo de la elipsis plástica con la cual se suprime información de
textura y color, limitándose a la utilización del dibujo sobre planos de color, y capitalmente la
metáfora al suscitar en el espectador abstracciones tales como el enfrentamiento, la ruptura
y la tensión.
Volviendo al extremo izquierdo se localiza la representación de un pedazo de hoja de
cuadro chico sobre la que yace una lista de puntos para tener en cuenta si se busca trabajar
mejor. Esta es una cita de una pieza atribuida a Peter Fischli y David Weiss, How to Work
Better de 1991, en la que se reproduce parcialmente el contenido de la misma, es decir el
texto sumado a la disposición de este, no sin variar algunos de los signos pictóricos e
icónicos originales, como la superficie sobre la que descansa la tipografía que en este caso
se compone de líneas que conforman una cuadrícula, así como la inclusión de la supuesta
firma o autoría de los artistas.
A un lado de esta nota encontramos la figura de un payaso con traje amarillo y detalles en
rojo, que genera un peso visual e icónico neutralizado con su pareja de atuendo rojo
ubicada inferiormente a la derecha. Dos figuras que suman el tropo de la paradoja al resto
de recursos retóricos de la imagen ya que la figura del payaso se caracteriza por entretenera través de la burla, la parodia y el absurdo brindando alegría, por lo que motiva a personas
dolientes y enfermas, sin embargo también es un signo contradictorio, pues es bien
conocida la figura del payaso triste y fracasado, símbolo asociado a la nostalgia, la
incomprensión y las inherentes contradicciones del ser humano. Con orígen en la figura del
bufón de corte, deriva luego en diversos personajes de comedia, entre ellos el Pierrot,
producto de una fusión ítalo-francesa con la que se crea la imagen arquetípica del payaso
triste de personalidad frágil e ingenua. Por otro lado, el paradigma del cómico deprimido,
que vive fuera de la norma plantea cuestionamientos en torno al concepto de felicidad, en
sociedades donde el optimismo es sobrevalorado y donde ser feliz se ha interiorizado como
el único antídoto ante la adversidad.
Direccionando un poco la mirada a la derecha encontramos la burbuja, motivo líquido y
etéreo que aprovecha la figura retórica de la repetición para replicarse tres veces y
componer asimismo otro conjunto más, posicionado diagonalmente en el area inferior
derecha para equilibrar los diversos pesos de las figuras en la imagen. Esferas traslúcidas y
brillantes gracias a signos pictóricos reconocibles en el empleo de aguadas y colores
difuminados a los que se superponen formas blancas recortadas que icónicamente
representan la luz más fuerte, creada frecuentemente en superficies redondeadas donde el
reflejo de la luz se proyecta directamente a la mirada, produciendo la sensación de
volúmen.
Centrado en la superficie pictórica se localiza un fragmento rectangular que contiene una
imagen a partir de dos barras horizontales que por su disposición podrían hacer referencia
al letterboxing, práctica que consiste en la transformación de filmes de formatos anchos,
añadiendo dos barras negras, llamadas mattes en la parte superior e inferior de cada
fotograma de la película con el fin de permitir la visualización de la imagen en su totalidad.
La imagen contenida en estos mattes luminosos comprende en primer plano el rostro de
una Dolorosa, también conocida como Virgen de la Amargura, la Piedad, los Lamentos, la
Soledad o las Angustias, advocación (distintos nombres con que los cristianos rinden culto a
la Virgen) de la Virgen María que trajeron los españoles a comienzos del siglo XVII.
Mediante algunos atributos iconográficos como el rostro anegado en lágrimas y el ceño
fruncido, se representa el sentimiento de dolor y ansiedad maternos ante el sufrimiento de
su hijo con un semblante marcado por la angustia, la tristeza y la congoja. Las lágrimas
parecen salir de los ojos sobrepasando los límites de la superficie representacional de la
virgen, llegando incluso a vertirse más allá de los antes mencionados mattes azules,
subvirtiendo la lógica general del cuadro que comprende la contención de las diversas
imágenes a partir de áreas delimitadas de recuadros o en su caso, formas que a manera de
sticker rodean y recortan la silueta de las figuras. La lágrima es una herencia iconográfica
del arte occidental manifestada a partir del siglo XV en Flandes e Italia de la mano de Van
Eyck y pintores de línea realista y minuciosa, manifestándose fluyendo de los ojos de las
dolorosas y otras figuras quizás debido al desarrollo de mecanismos de identificación que
buscaban conmover al espectador a través de la exaltación sentimental del sufriente. La
pintura al óleo pudo haber sido otra motivación para que este recurso luego se expandiera
manifestándose en temas como el llanto por Cristo muerto, el arrepentimiento de san Pedro
o la Magdalena, al permitir el uso de veladuras y en este sentido la representación de
transparencias.
En varios municipios de León, irapuato y Guanajuato se acostumbra regalar paletas, nieve y
agua de sabores, líquido que funge como símbolo de las lágrimas de la Virgen de Dolores,
que a su vez representan la compasión, de aquél que así como se alegra con los que se
alegran, llora con los que lloran. El empleo de resanador de paredes como imprimatura paraeste fragmento generó una superficie frágil y quebradiza, una manifestación sincera de un
signo plástico que reverbera y se comunica con otros recursos icónicos como la ruptura en
la cadena, grietas afectivas que así como se expresan en la superficie en forma de
lágrimas, interfieren y amenazan el soporte pictórico, los cimientos, el alma del dolido.
Debajo de esta, orientado a la izquierda yace un cuadrado en el que se visualiza un frame
extraído de la serie Bob Esponja, en este se ve al personaje con una expresión de profunda
tristeza, constante recurso hiperbólico de representación visual del estado anímico de los
personajes.
Adyacente a éste, se encuentra un área circular, dentro se representa una copa con helado
decorado de manera antropomórfica, en esta imagen se recurre a la figura retórica de de
esta manera dos plátanos asemejan los brazos, mientras uno en la cúspide hace la forma
de un sombrero con cerezas en cada extremidad, la salsa de chocolate forma el cabello,
tres dulces redondos de diferentes colores para el par de ojos y la nariz, y un trazo de
jarabe rojo simula la boca.
Extraído de Bob Esponja: La película, en el fotograma se ve este postre helado llamado
amanecer cacahuate triple, el cual genera en quien lo consume efectos parecidos a los
provocados por bebidas alcohólicas, por lo que funge un papel importante dentro de la
trama ya que permite al protagonista aliviar temporalmente su tristeza con la
correspondiente desinhibición, relajación y euforia, que posteriormente se traduce en
resaca. Es significativa la intencionalidad de la autora al modificar el estado anímico del
objeto, alterando la boca del diseño original del helado, la cual presumía una línea curvada
con los extremos direccionados hacia arriba para dirigirlos oposicionalmente, invirtiendo su
significado, de un estado emocional alegre al de tristeza, con lo cual exponer lo útiles que
son las sustancias para sobrellevar el dolor e invocar la alegría, aunque luego te dejen con
la carita triste.
En el área inferior derecha se encuentra una superficie rectangular que contiene la imagen
de un conjunto de flores de las que se asoman un par de ojos. Este es un fotograma
extraído del filme norteamericano de 1942, Bambi, la secuencia que nos incumbe refiere al
momento en que una zorrilla se oculta tras un arbusto de flores, con el fin de llamar la
atención de su presa mediante un cortejo que inicia con misteriosas risas y mirada
provocadora.
En el recuadro ubicado en la esquina inferior izquierda se encuentra la imagen de un
conjunto de flores de la especie primula auricula, llamada comúnmente oreja de oso debido
a la forma de oreja que tienen sus pétalos, aurícula proviene del latín auricularis que refiere
al acto de escuchar.
Atesoradas en la época Victoriana, estas flores de las laderas alpinas y Europa central
solían crecer en regiones rocosas y montañosas por lo que llegaron a representar
simbólicamente la perseverancia, metáfora al mérito bien merecido, atribuyéndole un
sentido de valor y dignidad, por lo que se suelen obsequiar como felicitación en importantes
transiciones de vida. Este elemento floral incorpora la s.
El reiterado e hiperbólico empleo de signos de contenido nítido y estable que relacionan
colores y formas con valores emocionales asociados a la tristeza y el lamento, reafirmados
en el título de la pieza establecen un código duro de comunicación certera y contundente,
arrojando grupos de signos mediante ratio facilis, empleando a su vez ratio difficilis para
zonas en las que el contenido es impreciso y la expresión intuitiva mediante una
aproximación emocional a la materia.
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