lunes, 3 de junio de 2024

Sobre la obra de Perla Mata

Por Paulo Estefan Romero Jiménez
















Zona de intervalo
Escoria de zona metalúrgica triturada fijada sobre triplay y acrílico con grafito sobre madera
30 x 66 cm
2024

En el presente ensayo se pretende analizar la pieza Zona de intervalo, producida por la
artista Perla Mata, empleando un modelo interpretativo apoyado en la
hermenéutica-analógica.

A manera de hipótesis, se lee en un primer acercamiento a la pieza, que el recurso de la
figuración sirve para representar un fragmento seleccionado de la naturaleza, la cual se
presenta materializada a través de la forma siluetada de una hoja en un plano recortado
recubierto de pequeñas piedras, lo que podría hacer referencia a una intervención u
ocultamiento, así como a la negación de las cualidades propias de ésta. La acción de
encubrimiento se ve reforzada al encontrar que la hoja yace encima de un soporte, negando
una visión completa de lo representado sobre este. En él, una mirada distante detectaría un
conjunto de texturas y manchas irregulares de naturaleza abstracta, mientras que visto de
cerca, surgen signos icónicos relativos a motivos igualmente vegetales, que con escala
reducida remiten a la configuración de una imagen paisajística, aunque insinuada,
desaturada y camuflada entre las texturas que invaden toda la superficie. El objeto parece
colapsar dos distancias posibles para la observación de un mismo motivo, la primera y más
próxima nos presenta una hoja, aislada y tratada como objeto, desprovista de sus
cualidades orgánicas, arrancada de su contexto, o visto de otro modo, con el contexto de
fondo, el paisaje al que pertenece, compactado y reducido a la imagen veteada que
resumiría la otra mirada más distante, que al perderse de los detalles, posibilita una
perspectiva más amplia. La suma de la síntesis formal que involucra el empleo de una
paleta limitada y desaturada, con recursos como la ocultación o el encubrimiento que
provocan una visualización parcial, fragmentada e inusual de un motivo natural, torna
protagónica la brillosa y granulada superficie que presume la hoja, lo que resaltaría el
estado artificial y decadente en el que se encuentra envuelta la naturaleza, incidida por la
explotación y el extractivismo de recursos, la sequía y los incendios forestales, escenarios
que conciernen nuestro día a día, tanto en México como a nivel mundial.

Esta primera conclusión da paso a una explicación y argumentación más detallada de la
obra, la cual se verá dividida por los planos semióticos, la identificación de las figuras
retóricas, aspectos axiológicos, tipo de autoría, intencionalidad, puntos de catástrofe,
códigos de acceso y tipos de respuesta del espectador.

Empezando con una primera lectura que contemple los aspectos sintácticos, se observa
que la pieza en cuestión se construye con la superposición de dos fragmentos de dispar
naturaleza. Por un lado, un soporte de madera de escala reducida y formato cuadrado que
sirve de base, al cual se le ha aplicado en su superficie con la ayuda de una tarjeta, una
combinación de acrílico gradado con gesso. Esto generó una capa que se comporta opaca,
con huellas que disponen irregularmente valores acromáticos que van del gris al blanco. De
igual manera, el gesso permite la adherencia del grafito, un dibujo que se integra,
fundiéndose en la pintura, compuesto de puntos alargados, manchas, así como de líneas
ramificadas y orgánicas. Sobre este soporte reposa la segunda parte que conforma al objeto pictórico, la cual consta de una tabla de triplay de escala mayor, recortada siguiendo una
forma orgánica y adientada que se dispone al frente, contrastando fuertemente al emplear
un bajo valor. A esta se le ha saturado con piedrecillas brillantes y oscuras, escoria1 que
genera una textura irregular de ligeros destellos. El pegamento en spray utilizado para fijar
los fragmentos se manifiesta como diminutos puntos opacos distribuidos uniformemente, lo
que en su conjunto hace de la pieza un juego de diferentes niveles de opacidad y texturas
tanto visuales como matéricas, así como una diversidad de siluetas materializadas en los
bordes que delimitan y conforman al objeto.

Para complementar esta lectura, es necesario sumar el conjunto de significaciones que
surgen al asociar la forma, la materia y los distintos elementos que en ella interactúan con el
contexto y el referente, es decir, la acción de contemplar el contenido semántico. La pieza
en su conjunto tiene una relación evidente en su representación con la naturaleza, ya que
en el primer plano aparece la forma recortada, inmediatamente reconocible de una hoja de
helecho2, la cual, interponiéndose, dificulta la captación completa de lo representado en el
soporte pictórico cuadrangular. En este, la imagen que se asoma presenta elementos
interpretados a partir de la realidad visible, representados de manera sintética e insinuada,
semejanza que apoya la asociación con motivos naturales. Ubicados a la derecha, se
encuentran un grupo de árboles secos a través del dibujo siluetado de troncos, líneas
verticales con ligeros torcimientos, nudos y ramificaciones, mientras que en el centro
aparece la silueta de un árbol más frondoso. En el fondo, aparecen texturas marmóreas que
denotan el mayor enfoque expresivo, de las cuales se desprenden un conjunto de marcas
dispersas a la derecha resueltas con grafito, que asemejan puntos alargados y en su amplia
disposición podrían representar un cerro natural. Mientras, de la izquierda al centro, surgen
dos áreas relativamente planas, una oscura y otra clara, como dos cerros asomándose uno
detrás del otro. El oscuro parece identificarse con un cerro negro, motivo constante en las
investigaciones de la autora. Una intervención industrial con preocupantes repercusiones en
el ambiente y en la población que rodea al complejo, situación que la artista se ha
encargado de visibilizar y problematizar a través de su quehacer artístico. Al observar la
pieza bajo este tamiz contextual, que contempla una de las líneas temáticas en la obra de la
autora, los variados materiales parecen tornarse no solo decisiones estéticas, ni los trazos y
los diversos registros, decisiones compositivas relativas a una mera solución expresiva. Lo
que parece comunicar, con una conciente selección de signos plásticos e icónicos, es la
manera reiterada, pero susurrada en que la industria permea su entorno, a veces tan sutil,
tornando de manera graduada en diversos valores de gris y negro lo que originalmente
consistía en vibrantes colores. De esta manera, la hoja, protagonista en la composición, que
en otras circunstancias sería caracterizada por un tono verdoso, terso y brillante, aquí se
encuentra cubierta de una capa de material oscuro, que recrea la manera en que los
“residuos metalúrgicos gaseosos se convierten en polvo que satura el cielo”3 y el ambiente,
recubriendo la vegetación que rodea al cerro. Un fenómeno imperceptible a distancia, que
requiere un acercamiento del espectador, atención que se da al incrementar el tamaño de la
hoja y disminuir los signos icónicos relativos a los elementos que componen el paisaje que funciona como fondo a la figura. Dos momentos o puntos de vista ensamblados uno tras el
otro, la presentación y la representación, la hoja como víctima y el paisaje como testigo, el
material extraído de la zona como evidencia, ícono, huella industrial que así como se posa,
incide en el entorno circundante.

El título de la pieza se compone de dos conceptos de naturaleza contradictoria: zona e
intervalo. La primera palabra refiere a un espacio delimitado, la segunda a uno indefinido,
intervalo como “espacio o distancia que hay de un tiempo a otro o de un lugar a otro”4, es
decir, en conjunto, la expresión se articula como espacio de indeterminación, en el cual la
naturaleza se detiene momentáneamente, cede a la aparición de una configuración
diferente, artificial. Los recursos materiales y expresivos de la artista en ningún momento
dejan clara la victoria de la fuerza vital y orgánica, ni esta fuerza parece negada o extinguida
del todo por la incidencia del material residual, lo que se traduce en una obra de arte de
mensaje ambiguo y sutil. Este enfoque en la equivocidad a lo largo de la producción de la
autora permite que la lectura oscile entre expresión y significado, reconociendo puntos de
vista plurales y dejando espacio a la libre interpretación del espectador, aún cuando
recursos como el error, la confusión y la ambigüedad suelan desestimarse en muchas de las
producciones artísticas, incluso contemporáneas. Por ello, en el contexto de esta pieza y el
conjunto de su producción más reciente, se puede colocar a la artista bajo una autoría
empírica, la cual permite que la obra y las intenciones detrás, sean permeables y
susceptibles a múltiples direcciones interpretativas.

En este momento se empiezan a entretejer algunas prematuras interpretaciones, con lo cual
surge la necesidad de abordar la relación de la pieza con el espectador, indagaciones
relativas al plano pragmático.

La pieza, como vimos, se conforma de dos momentos en los cuales la mirada reposa, el
confluir de dos perspectivas, la del objeto y la del paisaje para empalmarse y desdoblarse
como imagen y como presencia material. De manera que permite al espectador acceder a
un entendimiento abarcador y aproximado a lo que sucede en un espacio determinado. En
palabras de la autora: “La aproximación es tan necesaria como el distanciamiento en la
obra, permitiendo el reconocimiento de la forma y el fondo que podría remitir a la expresión
y al contenido, buscando significado y con ello, interpretación”.

El espectador se ve enfrentado durante la exploración visual de la pieza a diversos puntos
de catástrofe o incertidumbre en los que debe concretar una postura para desarrollar su
lectura, entre los que se encuentran los siguientes: el cuestionamiento sobre el tipo de
material que yace sobre la hoja y la razón por la que se presenta ahí, el reconocimiento de
lo plasmado en el plano posterior que transita entre texturas abstractas y formas de carácter
icónico, la disyuntiva relativa a la lectura de la pieza como paisaje o como reflexión en torno
a la materia y el dibujo, el intento por establecer relaciones entre el objeto oscuro que,
volumétrico y contorneado, contrasta con la imagen aplanada sobre soporte cuadriforme,
así como el instante en el que la lectura del título influye en una aproximación tanto
teórico-cognitiva como poética y sensible. Siendo especialmente relevante el
posicionamiento del espectador, que si bien podría limitarse a una lectura que privilegie lo
estético, interesado en las cualidades plásticas de los materiales, y las formas configuradas
con ellos (texturas, luminosidad, etc.), también puede asociar los diversos signos con la realidad, un tipo de respuesta teórica en diálogo con su contexto, que irremediablemente
lleva a conjeturas relativas a problemáticas medioambientales.

Algunos de estos quiebres portan una mayor potencia, incidiendo directa y eficazmente en
la sensibilidad y atención de la persona que se planta frente a la obra, con lo cual dar pie a
una lectura detallada y prolongada. Estos códigos de acceso se relacionan con el contraste
que generan las dos partes que conforman la obra, lo que motiva al espectador a intentar
generar relaciones entre ellas, y cuestionarse los motivos del empleo de un formato inusual
para la pintura. Otro código de acceso corresponde a la experiencia visual y sensible, que
puede tornarse en una reflexión o entendimiento que contempla la intencionalidad de la
autora, que implica “enunciar, transformar y compartir escenarios que se viven por la
industria metalúrgica mexicana a través de la pintura de paisaje”5.
Por otro lado, los tipos de intencionalidad, limitados a lo perceptible únicamente en la pieza
en cuestión, fluctúan en correspondencia al sentido captado individualmente, a la
familiaridad que el lector tenga con la referencia, así como al acercamiento que se tenga
con el discurso de la artista, éste, punto clave para una apreciación íntegra y satisfactoria de
cualquier tipo de manifestación artística. De este modo, la intencionalidad consciente varía
entre explícita y tácita, lo que quiere decir que el sentido está en todo momento disponible
para la autora, y en ocasiones accesible para el lector, lo que puede resumirse en una pieza
que se comporta ruidosa, polisémica, con signos poco delimitados dentro de un código
blando, que en ciertas ocasiones se vuelve duro, como por ejemplo en las asociaciones
icónicas a motivos naturales como plantas y árboles. La singular aproximación de la autora
al género del paisaje a partir de recursos expresivos no regulados o institucionalizados
permite ubicarla bajo un ratio difficilis, lo que significa la emisión de signos de contenido
impreciso.

A partir de una aproximación axiológica, se procederá a detectar las categorías de valor
presentes en la pieza que nos ocupa, siendo predominante la percepción de la categoría
morfológica, seguida de la estética, la ética y la tímica, las cuatro presentes en polaridades
fluctuantes dependientes del otorgante de valor, así como del conjunto de signos a los que
se les preste atención. En cuanto a la categoría morfológica hay una tendencia hacia lo
deforme, al estructurar la imagen a través de la superposición y el ocultamiento, alterando la
representación a través de la supresión de información cromática y visual, en una
composición que empieza conforme bajo una intención mimética o representativa en la
generación de contornos y formas reconocibles de motivo vegetal y termina en los planos
más alejados, con formas difíciles de identificar, mezcladas con texturas de carácter
predominantemente plástico.

La categoría estética deriva de lo bello a lo trágico, al producir mediante configuraciones
visuales y táctiles conjuntos armónicos y agradables de cualidad sutil, de lo cual desprender
asociaciones relativas al contexto adverso de una “comunidad… atravesada por la industria
metalúrgica”6. Íntimamente relacionada, la categoría ética, provocaría un posicionamiento
del espectador frente a la destrucción ambiental, inserta simbólica e icónicamente en los
diversos signos plásticos que componen la pieza, mientras que la categoría tímica de orden
disfórico es percibida uniformemente en la producción de la artista, al producir mediante la
supresión cromática virada hacia los negros y el discreto discernimiento de lo representado, asociaciones negativas relativas al misterio, la melancolía, el infortunio, la muerte y la
destrucción.

Finalmente, queda mencionar algunos de los recursos retóricos percibidos en los bloques
de unidades expresivas donde se configuran signos plásticos e icónicos, mencionando en
primer orden la figura de la elipsis, la cual se sirve de la ausencia, síntesis y ocultamiento de
información visual para provocar una implicación activa del espectador, abriendo las
posibilidades de lectura. La sinestesia, presente en la incorporación de escoria de cualidad
táctil, seguida de la hipérbole al ampliar el tamaño de la hoja en proporción al paisaje, que
presenta formas diminutas reducidas a puntos, los cuales detentan una repetición
continuada ilimitada. Y en último término el empleo de la perífrasis, entendida como la
alusión indirecta a la industria, ausente como estructura arquitectónica, reemplazada
mediante la figura de la sinécdoque particularizante, valiéndose del índice, la escoria como
huella que nos habla de los efectos de la acción metalúrgica.

Para concluir, se ha advertido que la pieza Zona de intervalo, conforma una continuación
congruente a la necesidad discursiva y expresiva de la autora, que da protagonismo a la
incidencia de la industria sobre el paisaje del norte de México, no obstante la obra se
configura a partir de la ambigüedad, la sutileza y la abstracción, recursos poéticos que
permiten lecturas abiertas que comienzan en lo estético y formal, y llevan a lo contextual y
político.

 1 Cristal de roca de silicatos de hierro y calcio, resultado del refino de plata, zinc y oro.

2 Los helechos (Filicopsida) son plantas cuyas características morfológicas más sobresalientes son
sus hojas grandes usualmente pinadas, éstas forman parte del paisaje que rodea al cerro negro, el cual se mencionará más adelante.

3 En palabras de la artista, extraídas del ensayo académico “La autoría y la intencionalidad. Un
acercamiento desde la mediación entre exactitud e imprecisión” (2024): 3.

4 Intervalo, definición. Diccionario de la lengua española. Consultado el 20/05/24.
https://dle.rae.es/intervalo

5 En palabras de la artista, extraídas del ensayo académico “La autoría y la intencionalidad. Un
acercamiento desde la mediación entre exactitud e imprecisión”. (2024): 3.

6 En palabras de la artista, extraídas del ensayo académico “Oscilaciones entre la noción de valor en
la pintura personal” (2024): 1.

No hay comentarios: