Sobre la obra de Ranfis Suárez Ramos
Por Abraham Vázquez Rosas
El Guanaba
Hablar de abstracción en la pintura es en gran medida hablar de las relaciones sintácticas o denotativas que existen en ella, aunque no es exclusivo abordarla desde este punto de vista, la pintura de la cual hablaremos que lleva por título Guanaba, nos permite ver inicialmente una relación de color que contrapone complementarios, el verde y el rojo funcionan activándose uno con el otro, esta relación cromática es sin lugar a dudas una de las más potentes ya que el rojo cercano a los amarillos es uno de los colores que más rápidamente percibe el ojo humano, y junto al verde este efecto es aumentado brindándole una vibración cromática que resulta siempre atractiva a los sentidos, aunque por su parte cada área extensa de color se ve influida por un segundo color, en el caso del rojo el violeta que es un color secundario, y el verde trabaja con el azul aportando una dinámica de temperatura distinta.
En esta pintura podemos percibir que estamos ante una situación sensorial que bien podría suceder en la naturaleza, el ordenamiento concéntrico en líneas que fluyen al centro de la composición nos pueden remitir a un fragmento orgánico perteneciente a una flor, a un campo de sembradío visto desde las alturas o a las plumas de un ave, y es en este plano semántico de parecidos con ciertas cuestiones orgánicas lo que nos hace familiar el ordenamiento compositivo de la pieza, que pretende romper su estabilidad descentrando el punto donde convergen las líneas pero también de manera cromática, ya que los porcentajes de color en la imagen no son semejantes, aunque tonalmente el contraste no sea tan marcado existe una dinámica de velocidad gracias a las diagonales presentes y a su estructura formada por unidades plásticas básicas como lo es la línea.
Una de las cuestiones que podemos evidenciar en esta pieza con mayor peso es la expresividad intencionada que se logró plasmar en ella, la impronta que nos deja ver la fuerza con la que se aplicaron los trazos de color al igual que la dinámica del trazo nos hacen evidente un estado de ánimo particular del artista al igual que la elección de colores tan saturados, lo poco pulido del gesto nos indican una preponderante manera de ordenar las formas a través de la secuencia de ritmos que podemos encontrar, a la derecha podemos observar una forma parecida a un pez que va repitiéndose en un ritmo secuencial que al mismo tiempo va decreciendo, esto acentúa la dirección de los elementos que se van haciendo pequeños conforme se acercan al centro, pareciendo que caminan en una misma dirección, al mismo tiempo que el amarillo detrás de ellos los ilumina y proyecta sombras alargadas que nos dejan entender un ligero coqueteo con la figuración, una leve insinuación de una escena nocturna que parece representar un éxodo de personajes que transitan con una fuente de luz que les ilumina y proyecta sombras alargadas, pero conforme se acercan a la línea que divide los colores se van extinguiendo, como si no fuera posible que traspasen ese límite.
Los signos pictóricos presentes y predominantes nos hablan también del cómo fue realizada la pieza y la intención de enfatizar el color sobre la forma, todo esto conformado por códigos blandos que la dejan en un terreno inestable que hace énfasis en las pulsiones del autor por trasladar la obra al terreno de lo inasible, lo que solo puede ser apreciado desde la subjetividad de la practica pictórica, dejando de lado signos icónicos del mundo visible, y estaría de más intentar encontrar relaciones precisas sobre lo que estamos observando, ya que se trata de una pieza de naturaleza propia y de relaciones establecidas en su mayoría por la expresividad cromática, así como el ejercicio dibujístico del ritmo como uno de sus elementos principales.
En Resumen, podríamos entender que el análisis de una obra de tal naturaleza como lo es guanaba, si bien nos permite hablar de relaciones sintácticas como lo son el color, la forma, el ritmo, el gesto y textura visual, también podemos encontrar una metáfora visual, al encontrar elementos reconocibles de un paisaje, mismo que se nos permite aproximarnos a una situación que va desdibujando las formas como si se trataran de ecos, o a la aproximación a una vista microscópica de una planta, en ambos casos el vínculo con la naturaleza está presente por medio de los gestos y huellas creados por el autor.
Abraham Vázquez Rosas
Diciembre 2022 - PAD
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