Por José Fernando Serrano Pérez
Mutación alfa/omega. Susana Aguirre. Mixta sobre placas. 2011.
Como entrega final y para aplicar los conceptos aprendidos durante el curso ahora identificaré las calidades del discurso pictórico de la obra Mutación alfa/omega de mi compañera Susana Aguirre. Se trata de una pintura elaborada en técnica mixta (acrílico y tinta china sobre láminas acrílicas trasparentes yuxtapuestas) de 18 x 24 pulg. La cual presenta un feto de perfil derecho levantando su brazo para cubrir la parte superior de su frente con la mano. Aparentemente se encuentra dentro del vientre materno. Plásticamente está resuelto a base de dibujo de líneas un tanto gestuales en negro. En tanto que varias pinceladas gruesas en negro difuminado dan forma al útero. Detrás de este conjunto en las placas posteriores se divide el espacio en cuatro partes distribuidas en partes iguales. Además de dividir el espacio en dos principales mitades verticales. La de la izquierda del observador está trabajada con trazos y manchas cálidas, dominando el naranja. En tanto que su contraparte derecha despliega mayor variedad cromática entre el blanco, amarillo, rojo y morado, principalmente. La superposición de placas, cada una tratada con diferentes pinceladas, anchas y calidades cromáticas producen un efecto tridimensional del conjunto pictórico completo.
En el presente escrito identificaré los planos de funcionamiento de la imagen, la representación simbólica de la imagen (mímesis, semejanza, sustitución, expresión y proceso), las características fundamentales del discurso pictórico a través del signo plástico y el signo icónico, y las características retóricas a través de los tropos.
Planos de funcionamiento de la imagen (Juan Acha)
En el caso de la obra que mi compañera presenta como entrega final, podemos apreciar dos planos de funcionamiento: el semántico y el sintáctico. En primer lugar, debido a la representación figurativa del feto. Pues este plano aborda las relaciones entre la obra y la realidad visible figurada. De manera que a pesar de que la representación no sea hiperrealista, basta con que la figura conforme una imagen identificable con la referencia visual del espectador para que podamos hablar de un plano semántico aunque sea en un bajo porcentaje.
Por otra parte, la obra se encuentra resuelta en un porcentaje mayor dentro del plano sintáctico; pues explora las relaciones de las unidades pictóricas como manchas, planos y colores. En este sentido, la solución en la representación del personaje favorece una integración del plano sintáctico con el semántico. Pues las líneas que lo conforman establecen relaciones gestuales con los demás elementos pictóricos incluidos en la pintura. Asimismo, la división del espacio en cuatro partes diferenciadas por dos líneas que cruzan las placas y por la paleta de color. De esta manera, el plano semiótico de la pieza descansa sobre las relaciones de color, machas y pinceladas. Por lo que el plano pragmático no tiene un papel notorio dentro de este juego de manchas y colores.
Representación pictórica y simbólica (Julián Bell)
IMITACIÓN. Resulta bastante difícil querer aplicar éste término, tanto al trabajo de Susana como al resto de la producción pictórica contemporánea, de acuerdo a su concepción clásica y del siglo XVIII, cuando se pensaba que el objetivo de la pintura era reproducir el mundo visible. Sin embargo, la idea que siguió históricamente a la imitación fue la de creatividad, de manera que los artistas comenzaron a hacer uso de su experiencia personal en el proceso de creación y resolución de su obra. En ese sentido, la pintura que comentamos en esta ocasión sí puede ser mencionada, debido a que el discurso desarrollado parece enfocarse hacia la subjetividad de la artista.
REPRESENTACIÓN. El trabajo que presenta mi compañera es un ejemplo perfecto de la coexistencia de los planos de representación abstracto y representacional desarrollados durante el siglo XX. Pues combina la imagen reconocible del feto con las relaciones cromáticas y manchas. De este modo, la representación pictórica se encuentra en la representación misma del personaje central, identificable con la realidad visible. Por su parte, como representación simbólica podemos interpretar el uso de colores cálidos y fríos, así como la división del espacio y el brazo del feto con el que cubre su frente como símbolos de algún estado anímico. Sin embargo, considero la representación sistémica no encuentra mucho lugar en esta pieza debido a que apela a un discurso subjetivo, más que a un sistema de codificación institucionalizado.
SUSTITUCIÓN. Según Julián Bell, la sustitución se produce gracias a una convención socializada en la cual un elemento figura como representación de otro. Es por ello que la pintura de Susana figura quizá como un discurso que presenta a un feto para desarrollar la idea de la gestación.
EXPRESIÓN. De acuerdo al texto sobre el tema, se trata de un estado mental relacionado con el esfuerzo de extraer del interior del pintor aquello que pretende representar. Lo cual lleva consigo un “dolor” que se padece ante la “estupidez” de no poder articular en palabras el mensaje que se desea transmitir. Aunque en mi ensayo pasado cuestioné este “estado mental” como lugar común de los pintores, en la obra de Susana esta consideración parece ajustarse temáticamente y ello predispone la lectura de las unidades pictóricas dentro de la misma categoría.
PROCESO. En el caso de la pintura de la compañera, el proceso se presenta, como dice el libro, al representar un referente cambiante, que se materializa y pasa. Tal referente es el nacimiento. Pero también lo es en el sentido de armar la pieza con placas de acrílico. Pues la obra se va completando en un orden de colocación de sus elementos constitutivos. A manera de capas tectónicas que guardan cada una un trozo de historia, o de construcción de la imagen. Cada placa es un registro del proceso de elaboración de la pieza.
Características fundamentales del discurso pictórico. (Alberto Carrere y José Saborit)
La obra de Susana se distingue por traspasar la línea que divide al signo plástico del signo icónico. Por una parte, el signo plástico domina cada parte de la pieza, genera sensaciones sinestésicas a partir de manchas, colores cálidos y fríos y de la superposición de placas para generar efectos visuales que dialogan con cada unidad plástica; dando así lugar al significado plástico. Por otra parte, el signo icónico se encuentre bien manifestado en la representación del feto. Ya que, como dice el libro: “representa características espaciales y formales comparables a un plano de contenido que se apoya en nuestra experiencia visible.”
Sin embargo, gracias que la representación del personaje se centra en una línea gestual puede leerse también como un signo plástico. Porque tanto las líneas que lo componen como las capas pictóricas que se alcanzan a ver a través de cada placa acrílica constituyen un signo plástico que condiciona también la percepción del feto y lo sumerge en un ambiente pictórico subjetivo.
Es por ello que la obra de Susana desarrolla un código duro aunque no extremo. Pues presenta una delimitación clara de las unidades expresivas y al mismo tiempo abre la posibilidad de considerar al signo icónico al mismo tiempo como signo plástico.
Tropos. (Alberto Carrere y José Saborit)
Ahora daremos paso a la lectura de la pintura de la compañera de acuerdo a las figuras retóricas propuestas por Alberto Carrere y José Saborit. Los Tropos, según los autores, se dan cuando el enunciado, magnitud segmentable, bloque o unidad pictórica, reconocible como unidad es sustituida por otra igualmente reconocible. Por ello argumentan que los tropos son metáforas.
INTERPENETRACIÓN. Debido a que el feto se encuentra en una situación en la cual puede ser considerado como signo plástico e icónico a la vez, podemos remitirlo a la interpenetración en tanto imagen que posee las características de dos tipos distintos de signos.
ALTERACIÓN DE SUPERFICIE. La pieza de Susana se compone de distintas placas acrílicas superpuestas una sobre otra. De manera expande los límites de la superficie pictórica llevándolos hacia una profundidad creada deliberadamente como resultado de la búsqueda de el efecto visual de la tridimensionalidad ilusoria.
METÁFORA. Considero que la pieza de la compañera hace referencia a una metáfora que va de lo específico a lo general, de la especie al género. Pues se vale de la imagen de un feto para desarrollar la idea de transformación. Como dijera Aristóteles, “la metáfora consiste en transferir a un objeto el nombre de otro”. Así que esta pintura le da al personaje y su situación el nombre general de “Mutación” para proyectarla hacia implicaciones que van más allá de la pieza.
SINÉCDOQUE ANTONOMÁSTICA. La sinécdoque es una forma específica de metonimia en la que la relación de contigüidad entre dos términos es cuantitativa. Y e el caso de la presente obra se trata de una sinécdoque antonomástica, pues alude al título y al personaje principal, el feto. De tal suerte que el feto es, por antonomasia, la imagen de la metamorfosis dentro del útero.
SINESTESIA EN EL SIGNO PLÁSTICO. Susana resolvió su obra a partir de diferentes placas acrílicas superpuestas en las que en cada una pintó desde el personaje central hasta diferentes manchas en distintas secciones de cada placa. Lo cual da como resultado un efecto tridimensional y da la impresión de tener una profundidad que pudiera ser experimentada de manera táctil. De esta manera, se produce la relación entre el sentido de la vista y el tacto.
PERÍFRASIS O CIRCUNLOQUIO. Pienso que este tropo no se encuentra presente en la pieza que nos presenta la compañera. Debido a que no evade ninguna referencia con respecto a la iconografía que emplea ni a los recursos pictóricos de los que se vale en su representación de acuerdo a su propio estilo de trabajo.
ANTONOMASIA. En este caso se trata de una antonomasia de un personaje particular a que alude a un arquetipo o cualidad general. Es decir, el feto como metáfora de la transformación, inicio y nacimiento por antonomasia. Así, Susana nos presenta una antonomasia icónica.
ALEGORÍA. La alegoría en pintura se da cuando la percepción literal del conjunto –o al menos de bloques pictóricos integrados- remite a una segunda interpretación que, en consecuencia, ha sido sustituida por la presente, en virtud de una relación por lo general de semejanza. Por lo cual considero que la pintura que analizamos no presenta significativamente este tropo. Ya que la relación de sus unidades icónicas y plásticas con el tema no es por semejanza sino por antonomasia, como acabamos de ver.
PERSONIFICACIÓN O PROSOPOPEYA. Este tropo consiste en introducir cosas concretas y conceptos abstractos y colectivos, como personas que hablan y actúan. Por lo cual pareciera que corresponde al trabajo de Susana. Sin embargo, la personificación está emparentada con la narratividad, de ahí que la fábula se incluya en este campo. La pieza de nuestra amiga se desenvuelve, ya vimos, en la antonomasia, en la imagen más que en una narración o representación icónica de atributos. Por lo cual este tropo tampoco se aplica.
IRONÍA. Se caracteriza por ser intencionada, encubierta, estable y finita. Ensaya una interpretación que depende en gran medida del cotexto y del contexto de la situación pragmática comunicacional. La pintura de Susana no encubre ninguna de sus intensiones ni expresa una cosa para dar a entender otra. Así que la ironía tampoco se aplica a su pieza.
ALUSIÓN O CITA. La obra de la compañera se desenvuelve en sus propias unidades icónicas y plásticas. No toma préstamos ni alude a la obra de otros artistas ni a elementos visuales ajenos a su propia obra. Así que tampoco aplica este tropo.
HIPÉRBOLE. Susana no transforma sus escalas de manera exagerada ni recurre al monumentalismo ni a la narración desbordada. Sin embargo, sí expande la superficie pictórica al recurrir a múltiples placas acrílicas gracias a las cuales logra la combinación de manchas, colores y texturas. Así que recurre a repeticiones hiperbolizadas de sus unidades plásticas.
ANTÍTESIS. La pieza que nos presenta la compañera tiene un cierto porcentaje de oposición semántica. Ésta se da en la división vertical que hace de sus espacio pictórico. De tal manera que la mitad izquierda del observador se encuentra dominada por calidades cromáticas cálidas. En tanto que la mitad derecha lo está por calidades cromáticas frías.
SÍMIL, COMPARACIÓN. Los signos icónico y plástico de la obra de la compañera no buscan una comparación con propiedades icónicas o plásticas de elementos ajenos. Son, por así decirlo, autoreferenciales.
PARADOJA. Pienso que no existe combinación de magnitudes pictóricas incompatibles en la obra de Susana. Por el contrario, integra la unidad icónica con la plástica a través de una línea expresiva que se integra con las manchas que componen el resto de su pintura.
De esta manera hemos aplicado los conceptos aprendidos a lo largo del curso. Gracias a los cuales contamos con un marco conceptual y terminológico común que nos permite explicar nuestras intensiones pictóricas así como hablar del trabajo de nuestros compañeros y de la obra pictórica en general. Y reitero, ordenar las mis ideas mediante los conceptos que hemos visto me ayuda a pensar no sólo en cómo expresarme verbalmente sobre mi obra sino que me ayuda a explorar los recursos retóricos que empleo en mis pinturas. Por lo que, al igual que Susana, la conciencia de cada una de estas magnitudes me permite experimentar diferentes características de mi trabajo.
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