viernes, 30 de noviembre de 2007

DE LA SERIE VICTIMAS-VICTIMARIOS DE SANDRA DEL PILAR

Por Ma. Lourdes Domínguez C.



Las imágenes que durante este semestre se realizaron como parte del trabajo de taller, han querido responder a una coherencia interna y discursiva, a una intención, dotada de sentido y de valor, a los que hemos de tratar de focalizar como una manera de acercamiento instrumental y sensible hacia la obra, con la reserva siempre de que la autora posea sus propios y profundos argumentos creativos a los que sea difícil acceder, en un primer acercamiento. Por esta razón, aunque llego a referirme a la imagen general que conservo de su obra, me ocuparé de la más reciente, titulada Discurso de legitimación VI: Capitán América II, Quiero también precisar que aunque la labor encomendada era aplicar una de las cuatro herramientas vistas en el curso, como herramienta de análisis a la obra mencionada, no pude evitar referirme, aunque sea brevemente a la aplicación de las otras tres instrumentaciones revisadas , por el interés que la obra de Sandra Pilar me generó. Así, la herramienta que considero más acorde para el acercamiento a Discurso de legitimación VI: Capitán América II. es la categoría de los Tropos, sin que por ello este demás reforzarlo con la aplicación de la presencia de las otras tres, como son el plano semiótico, el de la estética y el axiológico.

En el plano semiótico la obra de Sandra tiene una mayor predominancia del aspecto semántico de donde se desprende que su planteamiento visual responda más a dirigir la atención y el interés hacia los temas y las figuras, y por la conexión que estos mantienen con la realidad. Dirección que por momentos llega a restar peso o a dominar al aspecto puramente pictórico, corriendo en ocasiones además el riesgo de cerrar uno de los accesos de contacto con el espectador si este no se posee un apoyo documental sobre el referente en el que se apoya inicialmente la obra. Riesgo que finalmente es salvaguardado por la fuerza intrínseca y la contundencia que poseen sus figuras y su composición, sujetas a la planeación de relación simbólica con las que se refiere la temática. Llegamos así de nueva cuenta a la referencia de la presencia de las figuras y los temas, característica del aspecto semántico, por sobre el sintáctico y mayormente por sobre el pragmático. Y el caso que nos ocupa no es la acepción aunque cabe señalar que en este ya se presenta un balance mayor con los recursos del discurso visual, distanciándolo del riesgoso acercamiento panfletario de un discurso sobre victimas y victimarios. Sandra apela a los recursos visuales dotando a la imagen de una complejidad intencionada y respaldada en los tropos, como veremos más adelante y no en la imitación o transpolación de una imagen de una noticia del periódico. Ella se ocupa de elaborarla, de construirla, seleccionando y relacionando figuras y personajes. Y ese es uno de sus recursos…aplicado en Discurso de legitimación VI: Capitán América II.<

Su figuración responde a una escala media de iconicidad sin dirigirse al hiperrealismo, sino más bien corresponde a la vertiente del realismo crítico en el que las figuras no responde tanto a la exactitud con el objeto representado como con la realidad, con la denuncia de condiciones sociales de temas contemporáneos de forma satírica o provocadora. Como ejemplo sus primeras obras. En el caso de Discurso de legitimación VI: Capitán América II. ocurre esto de ahí la presencia del Capitán América(1) del que no perdemos de vista que es un representante de los superhombres, de los superhéroes que luchan por la justicia ejerciendo su poder para castigar ,en aras del orden, paradójicamente imponiendo la justicia, apegados a la leyes escritas o no, pero imponiéndolas, como lo hacen los superhombres, poseedor no sólo de fuerza, honradez, valentía, honor, conciencia social,¿cabe en esto la ironía?¿ la crítica de la realidad?, pues esa imposición del poder queda impunemente legitimada, como hace alusión el título.

Su figuración se ve completada con los recursos pictóricos de lo cromático, de la mancha, de las veladuras, de la acentuación con líneas, del esfumado, del contraste de la figura del fondo, de las pinceladas cromáticas con las que resuelve el volumen y las sombras, y que en sus primeras obras se presenta con mayor contraste y en la que nos ocupa se dirige hacia un acento más apaciguado, menos de contraste y más de fusión por la gama de ocres, pardos y grisáceos , que armonizan con los tonos carne de la figura protagónica y con los acentos de blanco presentes en la estrella del capitán América, de la prenda intima femenina y de la masculina. La gama resulta así homogénea e integradora entre la figura y el fondo. Así las formas y los colores poseen una correspondencia simbólica , donde resulta interesante el establecimiento de relación de equilibrio e intercambio del lugar protagónico entre la figura del personaje más encarnado y los figurines del personaje de cómic, el capitán América, que actúa como fondo , relación en la que uno da peso al otro y viceversa no sólo por contraste sino por complementación. Un tanto como el efecto de las obras de Escher, resuelta con color.


El planteamiento simbólico resalta la cualidad interpretativa de las propuestas de Sandra, que es precisamente otra de las características del planteamiento semántico. Así, la figura-símbolo está presente en el capitán América, la prenda íntima femenina que a manera de antifaz ( los superhéroes suelen recurrir a los antifaces tanto par encubrir su identidad como para acentuarla) cubre tanto su rostro como su cabeza como si lo sofocara o lo inhalara, la herida en el lado opuesto al corazón y la posición ambivalente de dolor o de placer (la de ambos), así como la posición de la figura que presenta la predominancia de el brazo y en concreto de la mano, que la presenta como un acento simbólico que puede ser en relación al poder o a la identidad (función presente también en el trabajo anterior de manera más acentuada).

Respecto a la predominancia de lo estético, lo práctico o lo teórico en su obra , cabe señalar que el eje rector era el discurso temático, que se mueve en la territorialidad de lo ideológico, de lo ético, del juicio del punto de vista del autor, que dirige la elección de los personajes, de la composición y de la solución pictórica, en un primer momento, y en un segundo momento entra en relación de equilibrio con el discurso netamente visual, pictórico. Sus imágenes tienen un poder para atraer, para ser recorridas, miradas , tratando de aprehenderlas, de descubrirlas y de llegar a detenerse en su punto fuerte, pulsante, en las anteriores este era más evidente, en la obra que nos ocupa aparece menos dramático, más apaciguado, es el caso de la herida que lleva al costado , en el pecho, el personaje central, quizá por ello la tensión en su mano, un doliente sin rostro de dolor, un san Sebastián sin arma punzo cortante, ¿una victima al que el capitán América no pudo ayudarle? Será acaso la dolorosa herida de un victimario?¿ como podría serlo un capitán victimario?...En la obra que nos ocupa, el discurso visual procura acoplarse con lo discursivo ideológico, por la vía de la referencia hacia lo político, lo ético, lo humanístico en relación al ejercicio de poder, de su legitimación, de la justicia, de la relación que esto tiene con el binomio victima-victimario.

El aspecto axiológico, que se presenta de manera general en la obra de Sandra está en relación a su referencia cultural, al referirse a la situación histórica, a la dinámica social, económica e ideológica. A la par de su resolución pictórica, apoyada en un buen dibujo (los escorzos o las posiciones no convencionales), en una planificada composición equilibradas con diagonales o direccionales circulares, y en el caso de la obra que nos ocupa, con la presencia de pendular la presencia complementaria de la figura central con el fondo. Así como su ya señalado marco simbólico –analógico, que de cualquier forma lo sitúa en la coordenada historicista-cultural.

La obra de Sandra a nivel axiológico respecto a la categoría morfológica responde a lo conforme; en lo ético respecto a los juicios, responde a lo bueno-malo; en lo estético, respecto a el juicio corresponde a lo bello, y en lo tímico, corresponde a lo eufórico. El aspecto axiológico entra en relación al plano semántico que a su vez, la autora trata de empatar por peso con lo visual, y en la obra que nos ocupa, se percibe ese intento y ese logro.

Con la herramienta de análisis mediante los tropos tenemos que en la obra Discurso de legitimación VI: Capitán America II. se presenta la repetición, como un recurso retórico de reafirmación ya que como fondo se colocan una yuxtaposición de figuras como de cómic, en el que uno de los personajes se presenta cuatro veces , así como la figura del Capitán América o de la estrella que lo significa.

La variación espacio-temporal se presenta con las acciones de las figuras del fondo, como si se refiriera al auxilio del superhombre, a la presencia de este, en relación al personaje monumental que domina la imagen, que a su vez se presenta como si refiriera otra situación de tiempo-espacio. Así como por la utilización de las veladuras para yuxtaponer las figuras del fondo en diferentes planos.

La acumulación se presenta tanto por las figuras del fondo que refieren planos de profundidad ,así como de lectura de izquierda a derecha de la figura del primer plano.

La elipsis icónica se presenta con el personaje del primer plano que aunque no vemos su rostro ni su cuerpo completo, lo completamos, ya que en el caso del rostro y cabeza se forma con la prenda intima que le envuelve y que sugiere que no carece de ella sino que está cubierta, pero no la vemos y no es necesario pues el peso de interés recae sobre el simbolismo de la prenda como si fuese un antifaz. Lo mismo ocurre con las figuras del fondo y el capitán América que no es necesario verlos completos, más bien están difuminados o yuxtapuestos entre pardas y grisáceas tonalidades, o lo mismo para el capitán América que se le identifica tan sólo por la estrella, para completar su referencia.


La sinécdoque, en la que la estrella refiere al superhéroe, el antifaz por la prenda íntima y a ésta como símbolo de lo femenino referido por los encajes que a su vez se resuelven no detalladamente como tal sino con caracoles a los que se traduce como encajes.

La metáfora, esta presente por el planteamiento analógico entre una imagen de una situación real (como una imagen de apoyo referencial ) y el traslado de este para su acoplamiento con el simbólico de los personajes del superhéroe y un personaje central que a su vez es refiere una metáfora con un superhéroe con antifaz que es una prenda íntima. El hombre como un superhéroe de cómic, una ilusión “real en una ficción que no es más que otra ilusión, todo a partir de una imagen real.

La perífrasis finalmente se presenta en la sustitución de la traducción literal de la imagen por la construcción figurada, para referir una situación simbólica y análoga entre el poder de esos personajes de cómic y el ejercicio del poder y de su legitimación, justo como lo hacen los superhéroes.

La hipérbole se presenta en cierta forma en la mano del personaje central que al pasar al primer plano pareciera que es enorme, y que simbólicamente refieren el poder (recurso que se presentó en la obra anterior), pero que por el recurso de la posición parece aumentada, quizá irónicamente como el poder y su legitimación.

Acento irónico en el que entra también la victima-victimario, ¿quién de los personajes es cual, el superhéroe, el cuerpo del primer plano, lo femenino, quién ejerce el poder? Quién lo legitima? ¿Todos?, como parte de una situación que va de una imagen de lo real, de una noticia de injusticia, para ser replanteada en un territorio de invención pero que se presenta como real , tan real como la fuerza que ha tomado esa ficción, por el poder de la legitimación del uso-abuso del poder…

Y eso es algo de la reflexión a la que me ha llevado la obra de Sandra. Gracias.



(1) Como señala Miguel Ángel Gallo en su libro , los personajes de los superhéroes y superhombres forma parte activa de la propaganda yanqui en el contexto de la 2ª GM..(del 39 al 45),época de oro del cómic norteamericano y de la supremacía norteamericana en el mundo. Así el Capitán América nació en 1941,creado en un laboratorio para combatir a los nazis en la 2ª GM. Superhombre creado al igual que los 4 fantásticos, El hombre araña, El hombre invisible o Hulk .pp. 180-186.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Metamorfosis obra de Rodrigo Delgado

por Xavier León Borja



Un día Gregorio empezó a cambiar. Su cuerpo cada vez más se alejaba de su estado normal; su voz, su piel, sus miembros, su sombra, eran ya distintos; sus movimientos se tornaban confusos y contraídos y el tiempo tomaba otro sentido. Este complejo estado de Gregorio, este sentido de que el tiempo se detenga, de que la velocidad se pare repentinamente en un instante, de que el futuro sea absorto, de ser indefinido, es en donde me situó la contemplación de esta obra de Rodrigo.

Después de verla y traerla a la memoria, una sensación de ruptura, de contradicción me plantea, puesto que esta obra se balancea entre las diferentes categorías de valores en las cuales no termina de inclinarse ni hacia un lado ni al otro, es decir nos propone una situación de constante metamorfosis, que es una cualidad muy destacable de su obra, pero que, conforme su principio, cabalga sobre una fina cuerda de loto. En cuanto a su forma, esta tiene cualidades que definen y respetan estructuras figurativas que se apoyan en el dibujo riguroso de la academia, pero que en otros lados arremete dicha estructura mediante indefiniciones, amputaciones o estados finales de un cambio y fragmentación. Con respecto al gusto, lo moral , lo tímico, se puede mirar y percibir dicha angustiante indefinición, que finalmente nos da la sensación de que la obra nos cuestiona sobre estas cualidades, sobre qué es bello, qué es feo y qué tan importante es que lo sea, sobre qué es bueno y malo, y sobre cuál es el verdadero estado en el que nos encontramos con respecto a nuestro fugaz proceso de descomposición y acercamiento a la muerte. Es decir, la obra nos cuestiona retóricamente a nosotros mismos.



Por otro lado, esta obra no podría ser planteada como pintura, pues mantiene más cualidades de un dibujo o un boceto. La imagen creada se mantiene en el dibujo que es el que le da la forma de una manera mucho más jerárquica e imponente que el uso del color, que inclusive tiende a ser monocromo. Esto no es una ventaja ni una desventaja, sino tan solo una cualidad que nos habla del estado en el que se encuentra la creación de Rodrigo.
Sin embargo, no he hablado de lo principal que, a mi forma de ver apunta, y que constituye un fuerte factor de atracción y de valor intrínseco en su trabajo. Me refiero a la sensualidad con la que nos atrae de manera sintáctica a primera vista mediante el uso de elementos altamente gestuales, y de su virtuosismo en el dibujo.



Tomando los primeros elementos, se observa una gran riqueza que se distingue principalmente en las zonas de la cabeza y la mano de la figura; el diferente uso del gesto, mediante la mancha, la velocidad del trazo y el chorreado, juega un papel primordial que enriquece altamente a esta obra en cuanto a su textura. Una gran cualidad es el enigma gestáltico propuesto, que principalmente se puede ver en el rostro cubierto por rayas diagonales y en el vacío del cuadrante inferior derecho que nos amplia y nos invita a participar de la obra en el proceso de imaginar y quererla completar. Sin embargo, las líneas que cubren el rostro y este vacío finalmente no se definen; en el primer factor, las rayas guardan una misma dirección que las que se encuentran en el fondo, pero no se conjugan ni se unifican con este, y por otro lado tampoco contrastan, es decir quedan divagando o proponiendo un paso más. Adicionalmente, ciertos elementos gestuales se empiezan a repetir en muchas otras zonas, en donde por ejemplo los trazos diagonales de la parte superior izquierda se repiten abajo, y nuevamente se repiten ,pero invirtiendo la dirección, en la parte inferior derecha, lo cual produce principalmente que se agote la observación y que dicho gesto empiece a tener el carácter de efectista.
En cuanto al dibujo, éste parte claramente de un dominio de la figura natural del hombre, que sobre ésta muta sin el deseo de distorsionar, pero que por otro lado guarda una cierta estilización en el sentido de que sus figuras son de una contextura atlética. Esto nos remite nuevamente a un cuestionamiento producido en ese estado intermedio de metamorfosis entre un cuerpo “bello” y algo que será después.



La calidad metamorfósica de esta obra mantiene una tensión y un enigma sumamente interesante. Ésta me habla de un proceso cuyo camino podría ir, por un lado, por el de mantener esa cualidad atemporal y fenomenológica de estarnos cuestionando y ser un ente cultural activo sobre la condición del hombre; o por otro, por el de quedarse siempre en esa metamorfosis e indefinición, y a la manera de Gregorio Samsa, ser agotada y olvidada en un frío cuarto. Esta dubitativa, a su vez, formula un hecho de enorme potencial, pues las fuertes cualidades que tiene la obra entregan firmemente en las manos de su creador la capacidad de su destino. Por tanto, solo el trabajo abnegado y la reflexión profunda le queda.

Xavier León Borja
Ciudad de México, 26 de noviembre de 2007

Estética de lo gatuno en la pintura de Lourdes Domínguez



por Benigno Casas

Para autores como Friedrich Kainz lo estético no tiene ninguna significación objetiva, sino funcional, al designar un determinado punto de vista, percepción o manera de captar los valores de un bien cultural o plástico. Y esa manera tan particular y personal de captar el bien o la forma plástica, naturalmente que tiene una fuerte dosis de subjetividad, pues habrá quien vea a los felinos domésticos únicamente desde la perspectiva fáunica de lo que son y le provocan, poniendo en juego una percepción de tipo funcional o teórica, como simples mascotas que maullan, arañan o persiguen roedores. Pero habrá también quien, como Lourdes, perciban a éstos cuadrúpedos más allá de ese perfil, de una manera completamente distinta, en un sentido estético, en donde entran en juego conceptos y formas de representación, gráficas o cromáticas.



Dentro del mundo de las imágenes, las formas gatunas han sido una constante en la obra pictórica de Lourdes Domínguez, quien en su gusto y empatía hacia este tipo de animales ha persistido en una estética muy particular, en la que conjuga intuición, conocimiento y experiencia en una proyección formalista. Así, si nos atenemos al análisis semiótico de su obra, nos percatamos que sus elementos icónicos, entendidos como las consideraciones referenciales o de representación de la misma, semejan en mucho la anatomía peculiar de los felinos, retomada en forma integral o segmentada con fuerte grados de abstracción. Cabezas (tipos), ojos, pupilas o retinas, garras (subtipos), cuerpos intencionalmente deformados que a veces interactúan con otros elementos como la luna, una serpiente, un recipiente, etcétera (supratipos), constituyen el corpus icónico del que Lourdes echa mano y que proyecta en ritmos expresionistas. En la articulación de estas unidades icónicas se expresa una variedad en la prevalencia de cada una de ellas en el plano pictórico.



En lo que se refiere a los segmentos plásticos de la pintura de Lourdes (entendidos como los elementos formales, texturales y cromáticos), ella recurre al uso de acrílico sobre poliestireno, que aplica generalmente mediante el uso de estopa. Sus formas son construidas a través del color, más que de línea, y las presenta a veces en forma yuxtapuesta y en grandes volúmenes que ocupan todo el plano, realizadas a veces a la manera de sinécdoque cuando recurre a los tipos y subtipos como cabezas, ojos o garras (recordemos que en retórica la sinécdoque es la sustitución de una imagen íntegra por uno de sus elementos que la significa). Su trabajo se distingue también por las texturas visuales que dejan la huella de la estopa y las veladuras cromáticas, y a veces por los esgrafiados de
distintas calidades que realiza. Su paleta de colores es austera y generalmente recurre a los tonos neutros medios y oscuros.



De la obra reciente de Lourdes destaca uno de sus acrílicos por la particular polisemia del corpus icónico que contiene. Representa a un gato de cabeza oscura, cuyo largo cuerpo presenta manchas parecidas a las del tigre y el leopardo, además de que se desdobla en dos planos dentro de la mayor parte del plano pictórico. Otras unidades o elementos icónicos realizados en dibujo de línea se yuxtaponen de una manera muy sutil a la extendida figura felina, que muy bien representan objetos de cristal parecidos a garrafones, vasos, esferas y matraces de laboratorio; un ojo, una garra y otras figuras orgánicas no reconocidas aparecen también distribuidas en el plano. Todo ello nos hace recordar el tropo retórico denominado como anacoluto, que visualmente representa una imagen irreal e imposible de existir, que contraviene las reglas del sentido común; ésa es la imagen que proyecta la pintura de Lourdes. Se trata de una figura felina que no sabemos si sea un tigre, un gato o un leopardo, pero que además se diferencia de cualquiera de ellos en tanto posee extremidades adicionales y distintos colores y texturas de su piel. Muy probablemente se trate de una fiera híbrida, resultado de los experimentos in vitro que en los últimos años llevan a cabo los científicos para lograr la clonación perfecta de seres vivos. Esa es la percepción más plausible que resulta de un corpus icónico y plástico que reúne al extraordinario felino, extremidades o fragmentos orgánicos del mismo y matraces o tubos de ensayo.



Ahora, en lo que se refiere al corpus plástico, la pintura destaca por su bien estructurado y fino dibujo, que satura o suaviza la línea, contribuyendo con ello a darle profundidad en el plano. En sus usos cromáticos destaca también una armonía de complementarios, que por un lado va de los amarillos más sutiles a los naranja, mientras por el otro va de los azules más sutiles a los violeta. La unidad compositiva del dibujo se integra perfectamente con la armonía cromática puesta en juego, de tal manera que la pintura se nos presenta como un todo bien equilibrado, que se distingue del resto de pinturas del conjunto presentado de cuatro. Éstos son los valores estéticos que posee la pintura del “gato híbrido” de Lourdes y que la hacen particularmente destacable.

BC
25 de noviembre de 2007.